- Es necesaria un aula determinada, con espacio amplio.
- La luminosidad debe ser controlada. Se debe minimizar e incluso anular la posible sombra de la luz del videoproyector y es necesario un calibrado constante, unos cables bien protegidos y aislados con sus regletas correspondientes para evitar cables sueltos.
- El profesorado tiene que haber recibido formación acerca de las nuevas tecnologías. Es necesario “cambiar el chip”, si el uso que se le piensa dar es idéntico al de una pizarra ordinaria, no merece la pena generar un gasto en este instrumento.
- Dificultad para que el alumnado lo perciba como una herramienta didáctica y no como un juguete. Deben ser responsables de mantener en buen estado el equipo.
- Para un mejor provecho es necesario que el centro escolar posea internet y aún existen centros que no lo tienen.
- El coste económico, que aunque no es excesivamente elevado exige buscar recursos para su adquisición. Además, también hay que tener en cuenta los gastos de mantenimiento, ya que las lámparas se funden con el uso y son caras.
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